Desc: Un cambio de corazón: Dirigida por Theodore Wharton. Con Thurlow Bergen, Elsie Esmond, MO Penn. James Mason ha tenido malas compañías y la policía lo conoce como "El Guapo Harry". Acaba de cumplir una condena de cinco años de prisión. Aunque inclinado a reformarse, escucha las súplicas de sus amigos y consiente en renovar las operaciones. Bajo el nombre de Morgan Syndicate llevan a cabo su negocio de "enriquecimiento rápido". La policía recibe denuncias sobre el sindicato. Deciden cambiar el nombre a Compañía Nacional de Inversiones y ofrecer nuevos incentivos. Así envían cuentas de sus propiedades petroleras y de las grandes ganancias que pueden esperar. Helen Lewis, una anciana viuda del campo, que tiene cinco mil dólares, recibe uno. Ella escribe a los hombres de confianza que está interesada y que viene a la ciudad. Ella le pide a uno de ellos que la encuentre en la estación. Sus amigos delegan a Mason para que la conozca. La mujer sencilla es presa fácil de los hombres bunco y les da cinco mil dólares y recibe certificados de acciones. Ve en el reloj de Mason una fotografía de una anciana. Él le dice que es una foto de su madre, que murió diez años antes. La anciana le dice a Mason que es una lástima que su madre esté muerta, ya que ella habría estado orgullosa de su hijo. Esto penetra en la conciencia del hombre bunco y en un instante se ve tal como es. Entrando en el despacho de sus socios les ruega que le devuelvan el dinero que se han llevado. Se ríen de él con desprecio. Acompaña a la señora Lewis de regreso a la estación y la despide. En el camino de regreso a su oficina decide terminar con el negocio turbio. Vuelve a exigir el dinero y cuando se niegan, lo toma por la fuerza. Sigue una pelea, en la que él sale vencedor. Esa noche toma el siguiente tren hacia la casa de la señora Lewis. Ella se sorprende al verlo. Decidido a dejarlo limpio, le pide su caldo, que rompe. Él le dice que las acciones no tienen valor y que la Compañía Nacional de Inversiones está formada por una banda de delincuentes, de los cuales él es uno. Vuelve a la estación de ferrocarril pero descubre que su capital está representado por unos pocos centavos. Una búsqueda más exhaustiva revela el hecho de que la señora Lewis ha deslizado un billete de gran denominación en el bolsillo de su chaleco. Él pone el dinero en un sobre y se lo envía por correo. Sin bolsillo, pero con una gran determinación, se dirige a la ciudad a pie..